Yago, con esta nota nos gustaría despedirnos de ti de manera pública. Has sido un perrito excelente en todos los aspectos. Desde el día en que te recogimos de la protectora con un mes y medio de vida hasta que te has marchado a falta de tres meses para cumplir los 17 años.

Naciste siendo un luchador ya que no es fácil ser un cachorrito abandonado y has dejado este mundo igual, luchando hasta el final. Cambiamos tu destino al adoptarte, pero tú también cambiaste nuestras vidas. Nos has hecho mejores personas y contigo hemos tenido la suerte de experimentar y conocer el amor más puro, sincero y desinteresado que hay, que es el de una mascota hacia su humano.

Fue muy duro tomar la decisión de acortar tu sufrimiento, pero fue lo mejor. Has compartido con nosotros casi 17 años y estoy segura de que has sido muy feliz porque no habrías podido estar mejor cuidado. Nos quedamos con los momentos buenos que hemos pasado junto a ti: tu carácter de perro-gato independiente, tus saltos en la cama por las mañanas, tus siestas en el sofá apoyando tu cabecita sobre nuestra pierna, tus ronquidos de cerdito, el marcaje cuando llegaba la hora del paseo y sobre todo tu alegría recibiéndonos al llegar a casa moviendo la cola como si fuera un ventilador.

Gracias a Fénix ahora tenemos lo que queda de ti en casa y ya estarás siempre con nosotros.

Has dejado un vacío muy grande en casa. Se nos parte el alma al despertar por la mañana y ver que no estás en tu cuna, al llegar a casa y ver que no sales a recibirnos y al no escuchar el ruido de tus patitas al caminar. Pero más grande es el vacío que has dejado en nuestros corazones.

Aprenderemos a vivir sin tu presencia, pero nunca te olvidaremos. Espero que tu también nos recuerdes con amor, estés donde estés. Te queremos mucho Yago (Frasquito) ️